"...la violencia, la vida y la muerte, el deseo, la sexualidad, van a extender, por debajo de la representación, una inmensa capa de sombra que ahora tratamos de retomar, como podemos, en nuestro discurso, en nuestra libertad, en nuestro pensamiento. Pero nuestro pensamiento es tan corto, nuestra libertad tan sumisa, nuestro discurso tan repetitivo que es muy necesario que nos demos cuenta de que, en el fondo, esta sombra de abajo es un mar por beber."
Michel Foucault, "Las palabras y las cosas".

draft


Un niño despierta una mañana y tiene una familia compuesta por un padre y una madre de mediana edad en un departamento de clase trabajadora. La madre es un ama de casa que desea expandir sus horizontes y estudiar en la universidad y ser una profesional. El padre trabaja y está presente a través de la ausencia. Es un trabajador incansable que brilla afuera del hogar. La casa es una casa cálida. La madre pasa muchas horas encima del hijo enseñándole a hacer flores de papel. El hijo se muestra muy detallista y tranquilo, observa constantemente a su madre realizar las tareas del hogar. (invierno) el padre lo usa como conejillo de indias de los tests que estudia para su trabajo. El niño está enfermo y va al médico aunque no quiere ir. El niño le comenta al doctor que esos padres no son sus padres. Que los está buscando.

epígrafe



“ En el principio la vida es de color rosado, como el amanecer en un día de tormenta, como una fruta que irá coloreándose hasta pudrirse, nuestra historia es la de todos los días y todos lo seres: la pureza con la que llegamos al mundo es teñida a cierta edad por el carmín de la pasión, el oscuro e indeleble tinte de la sangre que corre por el interior de nuestras venas. Vivir sin conocer el amor, sin embargo, no es vivir. Nadie nos enseñó cómo hacerlo.”

para NOVELA ROSA de Marianela Fasce.


las preguntas del verano


Las preguntas del verano dibujan un sendero
que entra
lentamente
en el otoño.
Escucho ciertas huellas
ocultas entre las hojas caídas.
Más tarde.
Vidrios arriba. Música adentro.
Me olvido de las respuestas
frondosas.

El olvido como un mantra mudo
que cubre algo
mío,
no sé bien qué.
Aprendo el monólogo de memoria
y hay una línea que se pierde,
curva,
entre los árboles
dorados:
el resto es silencio.

haiku por sms (autores varios)


-Casi mato al hamster. Pensé que tenía comida y eran las cascaras vacías. Le puse nuevas recién y se abalanzó. Me dio angustia.

-No vi maldad. Ví miedo y angustia.

-Si puedo paso por tu casa y charlamos y después duermo un rato la siesta?

-Hola mi amor está mejorando hay que tener en cuenta que fue una super fumadora todo exceso tiene su precio beso y hablamos.

-A full tv colchón en el piso con mis dos sobrinos. Inesperadamente libre!

-Te acordás en qué calles quedaba la libreria de san telmo que vendia jane austen en ingles?

-Lo acabo de ver pasar a J. desde mi taxi.

-Mejor! Yendo a bailar rock and roll!

-Me propongo embarcarme de lleno en la jardinería. Incluye técnicas mixtas, tanto en el manejo orgánico como en el plano decorativo, Planeo llevar documentado el proceso. Ampliaremos.

-Sí. Y te cuento que dormí como nunca me duele un poco el pinchazo de la anestesia en la espalda. Besos bb.

-La polisemia como no nos habíamos dado cuenta antes?

-Anagnórisis.

-Muy femenina en su conflicto la gorda.

-Viste? La vida de un padre es difícil.

-Linda la noche afuera.

-Trato de pensar que yo no estoy sola tampoco.

-Hollywood?

fronteras

 Leia, que tiene poco más de un año, se resiste de manera decidida a dormirse en mis brazos. Alaridos, miradas dolientes, simulacros de caída libre. Toda una dama aprendiendo a decir no cuando hay que decir sí. El sueño se presenta como un enemigo envolvente, ominoso. La abrazo firme y susurro en su oído, la paseo suavemente bajo la parra. 
La batalla es larga y agobiante, pero el calor nos ablanda.
Leia me mira confundida mientras se va, derrotada, atrapada en la telaraña que segrega una siesta de verano. 
Leia vino al mundo una noche de tormenta y la mayor parte de sus días gana otras contiendas porque su mirada y su sonrisa son irresistibles. Como el sueño, sobre el que delicadamente la deposito, al fin.


León, que tiene casi tres años, se queda a dormir en casa, en mi cama: un colchón king size en el suelo. Antes de cerrar los ojos y apagar la luz quiere leer un cuento. Y después ver fotos de su mamá en mi notebook.
Por la noche la herencia también actúa. León habla en sueños y grita. Le gusta dormir atravesado y con la mitad de su cuerpo en el suelo. Nosotros somos todos un poco sonámbulos. Conversadores oníricos.
A la mañana se incorpora todavía con los ojos cerrados. En cuatro patas levanta las almohadas y las sábanas, las manitos recorren la cama. Yo estoy buscando algo, me dice con una pronunciación de niño grande, una voz casi desconocida para mí. 
¿Qué estás buscando, León?, le pregunto.
Entreabre los ojos y se sienta sorprendido, piensa, mientras sigue mirando: no sé, no sé, no sé, me responde. 


                                                                                Giorgio De Chirico: L'énigme de l'arrivée et de l'après-midi, 1911-12