"...la violencia, la vida y la muerte, el deseo, la sexualidad, van a extender, por debajo de la representación, una inmensa capa de sombra que ahora tratamos de retomar, como podemos, en nuestro discurso, en nuestra libertad, en nuestro pensamiento. Pero nuestro pensamiento es tan corto, nuestra libertad tan sumisa, nuestro discurso tan repetitivo que es muy necesario que nos demos cuenta de que, en el fondo, esta sombra de abajo es un mar por beber."
Michel Foucault, "Las palabras y las cosas".

CASA, ESCENA 6

Pablo y Verónica miran Vértigo en la televisión, acostados en la cama del dormitorio, están en ropa interior. Comen cerezas, Verónica se pinta las uñas. La película está doblada al español. Audio de la TV:

Madeleine: Por qué me sigue?

Scottie: Porque ahora soy responsable de usted. Los chinos dicen que cuando se ha salvado la vida de una persona se es responsable de ella para siempre. Estamos ligados. Y necesito saber.

M: Es muy poco lo que yo sé. Es como si avanzara por un corredor.  Que habría tenido espejos y aún quedan fragmentos de esos espejos. Y a medida que penetro en el corredor no hay más que oscuridad. Y sé que cuando me adentre en la oscuridad… encontraré la muerte. Pero nunca he llegado al final, siempre he retrocedido antes. Menos una vez.

S: Ayer? Y no lo supo, no sabía lo que había pasado hasta que se encontró conmigo. No sabía dónde estaba, pero los detalles, los fragmentos del espejo, los podría recordar?

M: Vagamente.

S: De qué se acuerda?

M: De una habitación. Y yo estoy sola, siempre sola.

S: Qué más?

M: Una tumba

S: Dónde?

M: No lo sé. Una tumba abierta y yo estoy de pie junto a la losa mirándola. Es mi tumba.

S: Pero cómo lo sabe?

M: Lo sé.

S: Porque hay un nombre grabado sobre la losa?

Verónica: Sobre la qué?

Pablo: Parala un minuto. Sobre la losa creo que dijo. La lápida.

V: Ah… gracias, sabelotodo.

P: Je. Rebobino.

S: Dónde?

M: No lo sé. Una tumba abierta y yo estoy de pie junto a la losa mirándola. Es mi tumba.

S: Pero cómo lo sabe?

M: Lo sé.

S: Porque hay un nombre grabado sobre la losa?

M: No. Es nueva y está esperándome.

S: Qué más? Diga.

M: Esta parte es una pesadilla. Hay una torre y una campana y debajo un jardín. Parece estar en España. Un pueblo de España. Desaparece en seguida.

(algo se mueve en la cama. Es Iván que estaba durmiendo inadvertido, escondido entre sábanas y almohadas)
Iván: Hola

V y P: Hola.

I: Qué hora es?

P: Las ocho. Estás bien?

I: …

V: Shhhh. Andá para atrás otra vez.

M: Esta parte es una pesadilla. Hay una torre y una campana y debajo un jardín. Parece estar en España. Un pueblo de España. Desparece en seguida.

S: Y un retrato? No ve un retrato?

M: No.

S: He de encontrar la clave de esto. De hallar el principio y darle forma.

M: Para explicarlo todo? Hay algo mucho más fácil, dígalo! Si estuviera loca no haría falta otra explicación.

S: Madeleine!

M: Scottie! No estoy loca, no estoy loca! No quiero morir! Pero hay algo dentro de mí que me dice que sí. Scottie no me abandones.

S: Estoy aquí a tu lado.

M: Tengo miedo.

(llega David con su instrumento enfundado, desde la calle. Verónica y Pablo le hacen gesto de que no hable por la película. Saluda con un beso a ambos. En el saludo advierte a Iván que permaneció boca abajo, también semidesnudo. Verónica baja el sonido)

Pablo: Uf! No es impresionante?

Verónica: Hola mi amor.

David: Hola mi amor.

P: Hola…

Iván: (dándose vuelta e incorporándose, volviendo de un sueño muy profundo) Hola.

(David se sienta en el borde de la cama, incómodo, no hay lugar. Todos están en ropa interior menos él que parece demasiado abrigado. Se saca ropa. Iván se levanta de la cama y sale)

P: Me odia.

V: Shhhh! Se escucha todo.

P: Mucho calor en la calle?

D: Sí. Bueno, relativo. Mucha humedad. Venía transpirando.

V: Sí, se siente. Cómo estás mi amor?

D: Bien. Vengo de ensayar.

V: Qué?

D: Y… estuve como cuatro horas con The Undeafeated. Dándole y dándole. No, bien, bien.

V: Con quién?

D: Con quién qué? Con quién ensayé? Solo.

V: Ah…mirá vos… Querés cerezas? Nosotros viendo esta locura. La viste vos?

D: Sí. Está buena.

P: Yo la ví hace diez años cuando terminé el colegio primario y me explotó la cabeza. La idea de la mujer inexistente. Es imbancable.

V: Y ella? Infernal.

D: Sí. Sí.

P: Yo me voy a ver qué onda por allá. (sale)

D: Qué onda vos? (la besa, le toca los pechos)

V: Y, estos están fatales. Iván se tomó unas pastillas para dormir ayer y hoy sigue durmiendo. Imaginate Pablito. Ahora nos metimos en la cama y nos concentramos un rato. Pablito quiere hablar todo el tiempo de todo. Qué calor insoportable. No, esto te digo está bravísimo, bravísimo, bravísimo. (David se saca la ropa y se mete en la cama. Ni bien entra intenta besarla y ella sale a buscar algo) Esperame un momento. Voy a buscar café y algo para comer.

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